Subir al Nevado de Toluca también llamado Xinantécatl (“hombre desnudo” en lengua náhuatl), localizado en el Estado de México es una de las experiencias más gratificantes que he vivido, más por el paisaje.

Para realizar el viaje y encontrar las mejores vistas del amanecer y un paisaje memorable. Me levanté temprano, mi principal motivación: recorrer los senderos rodeados de bosques de pinos, encinos y pastizales.

Estos me llevarían a conocer uno de los atractivos principales es su cráter: la Laguna del Sol y la Laguna de la Luna, a más de 4,600 msnm.

Frío al Máximo

En el mes de febrero la temperatura máxima llega a los 11° y la mínima a unos -10°, en mi experiencia y recomendación es llevar ropa abrigadora – térmica para no pasar frío.

Con los artículos básicos como bloqueador, gafas y gorro o gorra, mochila de hidratación con agua, botana y fruta, lo suficientemente pequeña que no estorbe mucho y grande para que quepa todo.

Comenzamos a subir, aire fresco, paisajes espectaculares y nuevas experiencias era lo que me esperaba; anteriormente había subido, pero en esta ocasión mi objetivo era llegar más alto, avanzar más; llegué al sitio El Portillo a 4,280 m/nm.

Percibí la naturaleza en su máximo esplendor, aunque no estaba totalmente cubierto de nieve, la magia y la grandeza del lugar son maravillosos; recorrí las dos lagunas que se ubican al interior del cráter, rodeado de imponentes formaciones rocosas que te hacen sentir pequeño.

Increíble recorrido

Al comenzar el recorrido por sus senderos uno tiene que mantener su ritmo para poder aclimatarse, pues debido a la altitud es muy fácil quedarse sin aliento y te puede dar el mal de montaña.

Después de este increíble recibimiento, descendimos al cráter por la zona más accesible del volcán para llegar a la primera laguna.

Amigos y desconocidos me acompañaron en este camino. El polvo se levantaba a cada paso que dábamos y de esta manera nos acercamos más a la Laguna de la Luna, donde el sol calentaba nuestras mejillas mientras el viento frío las volvía a helar.

El lugar perfecto para meditar, observar y notar que somos tan pequeños ante la naturaleza.

“Aclimatarme e ir a mi ritmo” son palabras que constantemente me repetía, sentada a la orilla de la laguna agradecí a la montaña, al volcán, por permitirme conocerlo sin ningún contratiempo.

Caminar y caminar de subida, a cada paso faltaba más el aliento, se involucran altura, condición física, frío y pensamientos.

Llegué hasta donde mi mente lo permitió:

La preparación física, el factor psicológico (la mente juega un papel decisivo) y las condiciones climáticas son un conjunto de factores muy importantes para el logro de la conquista.

Las montañas no siempre nos van a permitir la conquista de sus cimas sin embargo el simple hecho de encaminar mi ser hacia una de ellas llena mi alma y siento mi cuerpo engrandecerse ante la belleza de compartir estos inmensos espacios naturales que nos proporcionan un alimento a nuestra alma; si es un gran esfuerzo el tolerar y compensar la altura y la falta de oxígeno.

Gabriela Arbeu
Community Manager; aficionada a la fotografía,

los viajes y la escritura.
Interesada en los deportes, la natación
y la montaña.
Instagram | @rutas.mochilerasmx

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