A pesar de pasar desapercibidas en los últimos años, la migración internacional es parte de los grandes temas de los debates que polarizan opiniones generalmente desinformadas.

No obstante, la migración como tal más allá de configurarse como una problemática, son un fenómeno social meramente natural, que está inherente al ser humano y que, en general, ocurren de una forma pacífica y espacios cercanos, los cuales por lo general producen riqueza en las sociedades de origen y de destino.

¿Qué dice la RAE?

A decir de la RAE, la definición de migrante se remite a la persona que se mueve cambiando su residencia habitual.

Esto es bastante residual y muy poco preciso en el hecho de distinguir migrante y migración, y en general, se puede aseverar que no existe un espacio geográfico mínimo que determine si el cambio de residencia habitual es una migración o no.

Es decir, que cualquier movimiento que implique dejar un hogar para crear otro nuevo sería una migración y las que la lleven a cabo serán migrantes como cambiarse de casa de Piracantos a San Javier o de Zona Plateada a La Raza.

Por otro lado,  generalmente se le llama inmigrante a la “persona que llega a un lugar tras una migración.

Por Emigrante, se entiende a esa misma persona en el lugar del que se ha ido”. Vaya confusión, todas las personas migrantes son emigrantes e inmigrantes. A su vez, el término no parece mutuamente excluyente.

Veamos el ejemplo, Luis se fue a vivir a Monterrey. Luis es migrante. Emigró de Pachuca y es inmigrante en Monterrey.

Pareciera poco lógico, el cruce de fronteras nacionales daría otra calidad y entendimiento a la sentencia. Luis se fue a vivir a Florida. Luis es migrante. Emigró de Pachuca y es inmigrante en Estados Unidos.

Más términos

Veamos otro término, y nos lleva a formularnos, ¿qué es una persona refugiada?. Al respecto, ACNUR señala que los refugiados son personas que huyen de conflictos armados o persecución.

Nuevamente nos encontramos ante un concepto residual e insuficiente. Un refugiado, para ser considerado como tal,  debe contar con el reconocimiento por el país de acogida.

Es decir, estamos ante una persona refugiada que a la vez es un migrante, puesto que migra, ya que huye de su país porque ciertas condiciones en dicho lugar hacen que su vida corre peligro.

Y, de esta forma encuentra en el país de destino el reconocimiento de que efectivamente es digna de protección internacional. Lo cual, basa su normativa  en diversos textos de derecho internacional y la interpretación del país de acogida.

Pero estos casos se dan de forma muy concreta, como por ejemplo ahora con las personas que huyen de la guerra de Ucrania. Aunque, en casos como el de Estados Unidos, suele elegir a quiénes quiere acoger y a quiénes no, y esto varía en función del foco mediático y de la presión social, entre otras cosas, como el caso reciente de los migrantes venezolanos.

Es decir, el término refugiado sólo define un estatus legal de algunas personas migrantes, pero no todas y todos pueden gozar de esta condición.

Actualidad

Una realidad actual es que las personas migran por razones enormemente diversas. De hecho, hay tantas razones para migrar como tantas personas se mueven. La mayoría de las personas que se mueven lo hacen a sitios cercanos o bien donde cuentan con redes sociales de apoyo.

Muy pocas lo hacen a sitios más lejanos o donde no tienen ningún contacto de apoyo. Solo un pequeño porcentaje de personas se mueve fuera de su país. Acorde a un dato más reciente de Naciones Unidas, 3,5% de la población mundial migró en el año 2019.

Resulta inexplicable el por qué se ha elegido a la migración como un as bajo la manga en los debates políticos.

En cualquier caso, en los próximos años en nuestro país se acercan las elecciones y, como es costumbre la migración se encontrará inmersa en innumerables debates, pero sobre todo será mencionada por actores políticos que saben muy poco o a veces nada de lo que hablan o bien el tema sea obviado o evitado al tener miedo a no saber qué decir.

Edgar Manuel Castillo Flores

Doctor en Sociología y Antropología por la Universidad Complutense de Madrid; Miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I; Servidor público de la SEPH y profesor de El Colegio del Estado de Hidalgo. Activista del perreo y el corrido B, a veces pone música, estoico seguidor del Atlético de Madrid y fifas de llano.

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