En cualquier contexto, desde la altura de las montañas hasta las profundidades del mar, el cambio climático sigue avanzando.

Según el informe anual 2023, de la Organización Meteorológica Mundial – OMM (Global Annual to Decadal Climate Update), en 2022, el cambio climático que engloban las sequías, inundaciones y olas de calor, afectaron a comunidades de todos los continentes y produjeron pérdidas de miles de millones de dólares en todo el mundo.

Del mismo modo, se describe que la extensión del hielo marino de la Antártida retrocedió a mínimos históricos, así como también el deshielo de algunos glaciares europeos alcanzó niveles sin precedentes.

Informe 2022

Este informe del clima mundial en 2022, señaló que los cambios a escala mundial observados en  zonas continentales, océanos y atmósfera, son provocados principalmente por niveles récord de gases de efecto invernadero que retienen el calor.

En relación a la temperatura global, entre 2015 a 2022, han sido los años más cálidos de los que se tiene precedente, de hecho hay gran probabilidad que, al menos, uno de los próximos cinco años supere el récord de temperatura alcanzado en 2016, debido a la combinación del calentamiento global y el fenómeno de El Niño.

Esto a pesar del efecto de enfriamiento producido por un episodio conocido como “La Niña” durante los tres últimos años. Así, el deshielo de los glaciares y el aumento del nivel del mar volvió a alcanzar niveles récord en 2022 y según se pronostica proseguirán durante miles de años.

La actividad humana es la única con capacidad de mitigar los efectos destructivos sobre el planeta causados por la misma acción humana.

Los reportes e investigaciones científicas mantienen alerta la vigilancia sobre los progresos en el control del calentamiento global, y sin incurrir en un alarmismo que a veces provoca efectos sociales de saturación, ponen énfasis en un fenómeno multifactorial y de magnitud gigantesca que está a la vuelta de la esquina.

En buena medida, eso es lo que describe el informe de la OMM sobre la lentitud de los avances en contra del calentamiento global y la previsión de subidas excepcionales de temperaturas.

Dificultades

A decir del informe, la mayor dificultad para frenar el calentamiento global está en la dependencia de los combustibles fósiles, y el plástico es un derivado de ellos. En sí, los ecosistemas acuáticos  del planeta soportan hoy una contaminación de más de 140 millones de toneladas de plástico.

Al respecto, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) presentó una serie de medidas para mejorar el deficiente funcionamiento del reciclaje de ese material con el objetivo de tratar de reducir en un 80% la contaminación por este medio para el año 2040.

La ruta crítica del informe es fraguar un acuerdo entre los países integrantes de la ONU para aprobarlo en 2024 e impedir que el plástico continúe siendo uno de los mayores elementos contaminantes a través de los combustibles fósiles.

¿La respuesta?

La reutilización de los envases parece ser una medida eficaz para reducir a la mitad los de un único uso. Del mismo modo, el reciclaje debe convertirse en una opción prioritaria y hasta cierto punto única. Empero, mientras siga siendo más barato producir plástico virgen y más caro reciclarlo, el objetivo continuará estando aun lejano.

Es ahí donde pueden intervenir la acción gubernamental a través de normativas, leyes e incentivos fiscales que cambien su orientación. En lugar de continuar en el contrasentido de mantener subsidios a los combustibles fósiles que abaratan el plástico virgen, se trata de fomentar el reciclaje.

Cada una de las medidas propuestas busca favorecer la reutilización y el reciclaje, reemplazar el plástico por otros materiales, frenar el envío de los desechos plásticos de los países desarrollados a países pobres con regulaciones más laxas.

Todo esto con el objeto de revertir los actuales indicadores de contaminación y acercar creíblemente a la realidad práctica la posibilidad de reducir los efectos del cambio climático.

El plástico se configura como un tipo de plaga que contribuye a acelerar la crisis climática pero el mejor dispositivo para combatirla no es el alarmismo como la fijación legal de medidas fiables como las que tienen sobre la mesa los negociadores de la ONU convocados contra el despilfarro del plástico en su reunión de finales de este mes en París, sino reutilizar, ese es el gran reto.

Edgar Manuel Castillo Flores

Doctor en Sociología y Antropología por la Universidad Complutense de Madrid; Miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I; Servidor público de la SEPH y profesor de El Colegio del Estado de Hidalgo. Activista del perreo y el corrido B, a veces pone música, estoico seguidor del Atlético de Madrid y fifas de llano.

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