¡NO ME OLVIDES; Otra ciudad posible!

¡NO ME OLVIDES; Otra ciudad posible! En días pasados, al descubrir la irregularidad, de manera unánime los tres magistrados de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dictaminaron revocar los nombramientos de 138 delegados municipales (conocidos como autoridades auxiliares o bien representantes de comunidad, barrio o colonia ante el ayuntamiento) supuestamente electos en la capital del estado de Hidalgo, acción realizada de manera ilegal por el alcalde, pues se encontró que no se convocó previamente a elecciones de estas figuras.

La Ley Orgánica Municipal de Hidalgo establece que los delegados municipales tienen como funciones apoyar la preservación del orden, seguridad y sanidad básica de los ciudadanos, y reportar ante la autoridad municipal, llámese policía local o funcionarios, los asuntos que implican su intervención.

Así como también, vigilar y reportar el cumplimiento de las disposiciones reglamentarias del Ayuntamiento; ayudar en la elaboración, revisión y actualización del censo de población de la comunidad; del mismo modo, auxilia las funciones del ayuntamiento, excepto en asuntos político-electorales; de igual forma, apoya en la elaboración del reglamento interno de las comunidades indígenas reconocida, entre otras.

¿Infringen la ley?

A decir de los magistrados, se advierte que se infringió el Art. 82 de la Ley Orgánica Municipal del estado de Hidalgo, que menciona que:

Los delegados y subdelegados serán electos por los vecinos de los pueblos, comunidades, colonias, fraccionamientos y barrios.

Por medio del voto de las y los vecinos. Es decir que los nombramientos del alcalde se realizaron sin celebrar comicios. Por lo cual, se vulneraron los derechos sociales y político-electorales de la ciudadanía.

La democracia a nivel local implica una serie de condiciones para lograr que sea una realidad, es decir que, para conseguir una verdadera participación de las y los ciudadanos se requiere de la planeación y gestión del desarrollo sustentable localmente, que establezca los intereses y demandas de la población.

También, de un proceso que democratice los órganos políticos y administrativos del poder municipal; y, el fortalecimiento de la sociedad civil mediante la transferencia de espacios de poder a la ciudadanía.

De esta forma, el Municipio configura el espacio en el que de manera cotidiana las y los ciudadanos manifiestan sus necesidades y aspiraciones.

Razón por la cual, el Municipio se convierte en el espacio en donde se establecen las estrategias, programas y proyectos de desarrollo económico y social. Por ello, términos como Democracia, autonomía, desarrollo y participación no son mutuamente excluyentes, sino que, todo lo contrario, su combinación e imbricación es indispensable a las nuevas y distintas demandas de la sociedad local.

De esta forma, el desarrollo local de los ayuntamientos debe basarse en una estrategia democrática de participación que permita a las y los ciudadanos ser protagonistas de su destino, alejando la pasividad frente a las decisiones de los poderes públicos y convirtiéndose en ciudadanos participativos con las soluciones, conscientes de los problemas que aquejan los lugares que habitan y su entorno, e implicados en su atención.

Caso Pachuca

Por ello, frente a la negligencia de ser ignorados por la autoridad local, como en el caso de Pachuca, la participación ahora exige que las y los ciudadanos tengan el deseo, motivación e interés por los asuntos públicos. Sin esta motivación es muy difícil que la ciudadanía participe localmente.

Aunque, las motivaciones son muy diversas y suelen ser individuales no ligadas a procesos colectivos.

En ese sentido, los procesos de participación deben entenderse desde la perspectiva individual, pero se participa en la medida en que se logra cumplir con las expectativas y requerimientos individuales.

Condiciones

Una condición básica es el entendimiento de la ciudadanía y las organizaciones en relación con los problemas del entorno local, y buscar las alternativas y mecanismos necesarios para resolverlos, también las y los actores que intervienen, las herramientas con las que cuentan y un proceso para llegar a su término.

La enseñanza y la práctica de una cultura democrática es imperativa para posibilitar la participación real. Es decir, una nueva forma de ver el mundo y la vida sustentada en principios y valores tales como solidaridad, igualdad, respeto a la diferencia, tolerancia y la participación.

Edgar Castillo
Doctor en Sociología y Antropología por la Universidad Complutense de Madrid; Miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I; Servidor público de la SEPH y profesor de El Colegio del Estado de Hidalgo. Activista del perreo y el corrido B, a veces pone música, estoico seguidor del Atlético de Madrid y fifas de llano.
Instagram | @edmac_castillo

Comments are closed.