Mamá también es un ser humano
Mamá también es un ser humano
Ser madre en México, o mejor dicho, asumir el rol de madre en nuestro país va mucho más allá del simple hecho natural de procrear; implica en sí mismo un sinfín de tareas que a millones de mexicanas les ha costado una merma considerable en el desarrollo integral de su vida profesional y personal, sin contar claro está, con las repercusiones que esta actividad representa en su estado físico, financiero y anímico.
El amor sobrehumano que se le profesa a las madres en su día es por demás un gesto involuntario de la comodidad que representa tenerlas en nuestras vidas; “mamá resuelve, mamá siempre está, mamá no se queja”.
Así nos educaron y son estos estereotipos los que debemos derribar como generación.
Para prueba un botón.
¿Cuántas mujeres no han sido cuestionadas en su manera de maternar por el simple hecho de dejar a sus hijas, hijos en estancias infantiles o guarderías porque en sus centros de trabajo no se les permiten estas tareas?, el problema va mucho más allá de comentarios soeces, pues la presión social sin duda genera una culpa inmensa que recae en el pensamiento de lo que significa la palabra “abandono”.
Nuestra cultura y estilo de vida nos convirtió en nómadas digitales que, refleja al mismo tiempo, a una sociedad poco capaz de hacerse cargo de sí misma; he ahí la importancia de legislar a favor de políticas públicas que visibilicen a personas cuidadoras, pero ese es punto y aparte, que nos obliga a reflexionar respecto a la injusticia que vulnera a aquellas personas que deciden maternar y a quienes decimos amar tanto.
Si esta narrativa de amor infinito hacia nuestras progenitoras fuera cierta, por qué siguen siendo ellas las que padecen en mayor medida violencia psicológica, física y financiera al interior del hogar, por qué seguimos callando las injusticias de las que son víctimas, por qué a estas alturas de la evolución humana seguimos permitiendo flagelos disfrazados de amor incondicional e inquebrantable.
Dejemos a nuestras madres sentir, humanizarse a sí mismas y dejemos atrás las historias disfrazadas de machismo en donde se les sigue percibiendo como seres a nuestro servicio.
¡Maternidades libres, felices y conscientes!
Periodista, feminista y defensora de los derechos de mujeres privadas de la libertad.